El viernes, el Departamento de Trabajo de EE. UU., publicará las cifras oficiales de la tasa de desempleo del país correspondiente al mes de julio.
El 27 de julio, la Reserva Federal de EE. UU., elevó las tasas de interés en 75 puntos básicos, el segundo aumento consecutivo del año en un esfuerzo por contener la inflación más alta del país, los aumentos de los precios generales a nivel mundial y no caer en recesión.
La economía estadounidense se tambalea al borde de una recesión a medida que la inflación reduce las compras de los consumidores y afecta la actividad empresarial.
Un hecho que la FED no quiere admitir, ya que se aferra a las tasas de empleo para negar la recesión estadounidense.
Crónicas de una recesión anunciada
La Reserva Federal elevó las tasas de interés a 75 puntos el miércoles 27 de julio con el objetivo de frenar la inflación interna, la subida de precios y no caer en recesión, pero las cifras que dan a conocer las instituciones encargadas de medir si el país va por buen camino dicen todo lo contrario.
El 28 de julio, la Oficina de Análisis Económico informó que el producto interno bruto de EE. UU., se contrajo un 0,9 por ciento en el segundo trimestre de este año, luego de caer un 1,6 por ciento en el primer trimestre, lo significa, según los economistas, que el país ha entrado en una “recesión técnica”.
Ahora, el viernes 5 de agosto, el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos presentará la tasa de desempleo oficial correspondiente al mes de julio. Números que son de gran importancia porque permiten conocer la tasa de desempleo del país.
La FED se aferra a la tasas de empleos para negar la recesión.
La Reserva Federal de los Estado Unidos, se aferra a la tasas de empleos para negar la entrada en recesión de la primera economía y potencia mundial.
Según información suministrada por la Oficina de Análisis Económico del Gobierno, expresó que entre los meses de abril y junio se registraron descensos en inversión privada en inventario, en inversión residencial fija, en el gasto del Gobierno y en inversión fija no residencial.
Eso condujo a una desaceleración económica del PIB en el segundo trimestre, debido a la inflación persistente, el aumento del desempleo, el aumento de las tasas de interés federales y los problemas de la cadena de suministro.
Todo esto deja a la economía estadounidense con signos de fatiga, dada la condición macroeconómica del país y el cambio de política monetaria, lo que demuestra que la mayor potencia económica mundial ha caído en quiebra.
La FED niega que el país esté en recesión y no lo ve así, y algunos analistas señalan que cuando algo no se alinea con los intereses políticos, se cambia su nombre o definición, lo que significa que la economía del país no está en una recesión sino que se ralentiza a un ritmo forzado.
Este viernes estaremos atentos a un comunicado de prensa del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos, que dará a conocer la cifra oficial de la tasa de desempleo de la nación correspondiente al mes de julio.